El por qué de tanto tiempo sin escribir.
Hace cosa casi de un mes que no escribo nada.
Me quedé en que iba a cumplir 30. Que iba a convertirme irremediablemente en pureta parecía ser mi única preocupación.
Que suerte la mía.
Ahora tengo a mi padre malito, pendiente de una terrible operación que me lo va a dejar hecho unos zorros. Y preocuparme por cosas como si soy pureta o no me parece ahora una absurdidad.
Por eso no escribía. Porque tengo aún por digerir lo de mi padre, que lo tengo hecho una pelota en la garganta. Parece que su garganta y la mía se hayan hecho una, poniéndose de acuerdo para impedirnos tragar. A él la comida, a mí la situación.
Y no puedo escribir sobre mucho más ni, mucho menos, en el tono alegre que suelo hacerlo, tomándome, como buena irresponsable, la vida a cachondeo.
La vida, ahora mismo, no me da muchas ganas de reír.
Y creo que no debería haberme puesto con esto.
Que yo suelo escribir mis problemas. Si algo cabe en un din-A4, no parece que sea tan grave. Aunque para digerir y asumir todo esto necesitaría un par o tres de rollos de plotter. Pero hay que ser fuerte y sobrellevar los problemas, no dejar que ellos te lleven a ti.
¿No?
Así que voy a seguir escribiendo, contando cosas que hace tiempo os quería comentar y que están en espera.
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kenia -